De mayor quiero ser
Termina este mes de mayo con el final de la serie Juego de Tronos, donde los protagonistas querían erigirse como los únicos reyes de los Siete Reinos. En esta época, con toda seguridad, los alumnos de Derecho también tendrán una ilusión -más terrenal- de conquistar el mundo privado o quizá una oposición.
Los jóvenes que vais a decidir vuestro futuro pertenecéis a la Generación Z caracterizada por el aprendizaje digital, activo y colaborativo. Sois los auténticos crush del Instagram. Hoy opositar es un poco más difícil que años anteriores debido a la multitud de entretenimientos que tenéis al alcance de la mano. El móvil se ha convertido en el enemigo número uno de los opositores. Ahora bien, gracias a la tecnología se ha producido una sobreinformación en todos los campos, incluido en las oposiciones.
La mayoría de los niños y niñas en el colegio sueñan con ser profesores, médicos, veterinarios, policía o futbolistas. Son las profesiones estrellas y de moda entre los más pequeños. Entre los universitarios del Grado de Derecho la preferencia es la abogacía. Esta es la decisión más importante de tu vida post universitaria. Existen muchas opciones. El primer interrogante para resolver sería optar por el mundo privado o público. Opositar no está de moda. La constancia y los retos a medio o largo plazo constituyen una de las desmotivaciones de los jóvenes.
Parafraseando a Paulo Coelho: “sólo hay una cosa que hace que un sueño sea imposible de alcanzar: el miedo al fracaso”, es una verdad absoluta que estamos diseñados para desafiar a nuestras zonas de confort. Las equivocaciones forman parte del camino y del aprendizaje de las personas. Lo importante es elegir lo que te apasiona. Una oposición es sinónimo de estudiar mucho y puede que pienses que no puede generarte este sentimiento. Cierto, estudiar seis días a la semana, una media de ocho horas no es el mejor plan. Ahora bien, el foco no está ahí, céntralo únicamente en la meta.
¿Y si opositaras a Letrados de la Administración de la Justicia? Ya desde el año 2009 se ha iniciado una nueva tendencia a preparar exclusivamente para LAJ. Sí está de moda, “oh làla”. Se estructura en tres pruebas: un test, un oral y un caso práctico. Que no te aleje de tu objetivo el miedo a cantar o el número de temas porque merece la pena el esfuerzo. Las materias que más dominarás serán los Procesales y el Civil.
Únete a los LAJs para continuar liderando la modernización de la Justicia, mejorar el servicio público de nuestras Oficinas Judiciales y la dirección técnico-procesal de los procedimientos. Si tienes habilidades sociales para la creación de equipos humanos y vocación de servicio público, elegir ser Laj es muy buena opción. Ojalá muy pronto -y como optimista al cuadrado sé que ocurrirá- escuche en los colegios y universidades de España completar con la palabra Laj, la frase: de mayor quiero ser.
Alejandro Asensio Muñoz. Letrado de la Admón. de Justicia