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Volver a empezar

Era 17 de agosto y Severo había cambiado el bañador y la toalla por la ropa de faena, aunque medio país estaba de vacaciones y todo parecía paralizado, los Juzgados y Tribunales prestan servicio los 365 días del año. Tras cuadrar las vacaciones con sus compañeros del partido además de comenzar la guardia Severo estaba al frente del resto de Juzgados durante la próxima semana, que esperaba no fuera muy ajetreada.

Junto a él, cuatro funcionarios: un gestor, dos tramitadoras y una auxilio judicial, de los ocho que conformaban la plantilla, se disponían a comenzar la jornada. Aunque agosto era inhábil para la mayoría de procedimientos civiles y no solían acudir profesionales ni ciudadanos por el Juzgado, ello no suponía que se parara la actividad ordinaria ya que se incoaban demandas y se proveían escritos que serían firmados por el Letrado de Justicia en septiembre y notificados telemáticamente. Una excepción eran las medidas cautelares y los procedimientos urgentes, en los que se proveía y notificaba lo antes posible, especialmente cuando era necesaria alguna vista o comparecencia.

Aprovechaba también para revisar los expedientes en trámite según los listados que le proporcionaba el sistema de gestión procesal así como las ejecuciones. El verano suponía un período de preparación para la “vuelta al cole” que comenzaría a principios de septiembre. Le recordaba sus tiempos en la universidad, donde en el mes de julio tenía que presentar la matrícula, elegir asignaturas optativas y se aprobaban los planes docentes con los profesores que impartirían cada materia en los distintos turnos establecidos.

Le faltaban unos meses para que en su nómina se viera reflejado un nuevo trienio y, en una quedada virtual con algunos compañeros de promoción, comentaban, como era habitual, la situación del Cuerpo. A todos les llamaba la atención que, pese a estar ya en el horizonte la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, la adecuación salarial había quedado, como esas asignaturas difíciles o en las que el estudiante no ha estudiado lo necesario durante el curso, para septiembre.

Nada impedía continuar con la negociación como un gesto de reconocimiento a la labor realizada por los Letrados de Justicia y de voluntad negociadora, pero parecía que éste, no era un procedimiento urgente en la lista del Ministerio, que sigue sin cumplir con otras asignaturas como el prometido, y nunca vuelto a aprobar, Reglamento sobre sustituciones forzosas. De vuelta a casa Severo había comprado un cuaderno, para anotar los resultados de la liga de fútbol que estaba a punto de comenzar, los LAJ tenían todo preparado para el nuevo curso judicial, falta por ver la voluntad ministerial.

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