SOSPECHOSO DESINTERÉS
Cinco años para aprobar un decreto de sustituciones que dignificara retributivamente trabajar el doble. Entrado en vigor el decreto, ya sea por falta de criterios, de formularios, de aclaraciones o de no se sabe qué, las sustituciones no se pagan y la falta de interés por hacerlo es aún peor pago. De los fondos adicionales de incremento salarial a que se comprometió el Ministerio de Justicia con nuestro Cuerpo, y que decidimos se destinaran a aliviar la nómina de los compañeros de la tercera (y cuarta) categoría, no tenemos noticia alguna. Una productividad envuelta en problemas «burocráticos» que retrasa hasta en 5 meses algo que en un principio se vendió como cosa de días. Y sobre todo que estas aparentes manifestaciones de sospechoso desinterés no se observan en otras actuaciones del propio Ministerio que, con los mismos gestores y responsables políticos, se muestra con otros peticionarios hacendosos en reuniones, solícitos en reclamaciones, detallistas en reconocimientos y prestos en cumplimientos.
Ya no estamos en el marco de «un nuevo agravio ministerial». Un Cuerpo Superior Jurídico del Estado, abandonado en su desarrollo estatutario, despreciado en su crédito retributivo, desatendido en su administración ordinaria y desalentado en su desempeño diario, no puede sentir, a estas alturas, otra cosa que el desarraigo respecto de quienes juegan a patrón en navío ajeno dejando el propio a la deriva.
El Colegio cumple 75 años y a lo largo de su historia ha vivido toda clase de desencuentros, desavenencias y disputas con los responsables ministeriales que en cada tiempo le ha tocado en suerte. Las disputas y las medidas de conflicto que, en muchos casos, se han tenido que adoptar como herramienta para avanzar, fueron siempre aceptadas como parte lógica de las negociaciones hacia la común aspiración del bien general. Por ello, resulta inaudito que los responsables de un Ministerio, debiendo estar encomendados a la atención y mejora del servicio público de Justicia, que es para los que fueron designados, se conduzcan con desdén y menosprecio hacia quienes tienen la responsabilidad de conducir este mandato de servicio para hacerlo llegar a todos los ciudadanos.