reforma letal.
La reforma legislativa casi perpetrada supone la desparición de nuestra otrora digna profesión.
Nos han expulsado de la sala, privándonos de lo sustancial de la fé pública, nos han convertido en una especie de jefecillos de sección, pero sin mando, nos han vuelto a poner las propuestas de auto (ahora se llaman decretos, recurribles ante el juez del procedimiento), y nos han degradado a secretarios personales del juez en el señalamiento de vistas. En lo demás seguimos a las órdenes de nuestros superiores. Yo voto porque nos supriman de una vez. Sería la salida más digna.